La mitad del recorrido... en teoría!
Me encanta el gráfico y los colores de los hilos, que cambian totalmente sobre el color espectacular del lino. Eso sí, plancharlo y que quede bien es otra cuestión. Parece que no hay manera de sacar las marcas del bastidor.
Este segundo objetivo era más que fácil, pero sólo para que cogiéramos fuerzas para el siguiente. La casita tiene muchas más miga y por eso tenemos un mes de tiempo para hacerla. Como veis, la conejita me sigue haciendo compañía mientras bordo, es encantadora.
Aquí tenéis también la foto de Carmen, aunque solo de uno de sus bordados. Quiero decir, que para darnos envidia a todas, lo está bordando dos veces a la vez, es mi heroína!